TEXTOS BIBLICOS DEL DÍA
Primera Lección:
Éxodo 20:1-17
Segunda Lección: 1º
Corintios 1:18-31
El Evangelio: Juan 2:13-22
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
La Purificación del Templo nos hace
incómodos
Estamos en Jerusalén con Jesús para la purificación del templo.
La purificación del templo
nos incómoda porque nos muestra un Jesús enojado, un Jesús violento, un Jesús
humano.
¿Cómo podemos entender a
este Jesús que purifica el templo?
Para entender los
Evangelios, debemos leerlos teológicamente. Los Evangelios son relatos
históricos de la vida, muerte, y resurrección de Jesús. Los evangelios son
historia, pero a la vez son más que historia. Los evangelios predican. Los
Evangelios nos enseñan sobre el significado teológico de la encarnación y la
expiación de Jesús. Los evangelios nos proclaman a Cristo y Cristo está
presente para nosotros en esa predicación.
¿Por qué es importante el templo de Jerusalén?
Esta es la primera cosa que
Juan quiere enseñarnos hoy.
La boda de Caná ocurre
justo antes de que Jesús en Jerusalén purificara el templo. En la boda de Caná
Jesús es el novio que ha venido a buscar a su novia, la iglesia. En Jesús, Dios
está presente en su creación haciendo todo nuevo. En todo momento en que está
presente Jesús, es siempre la hora de regocijarse como si fuera una boda.
Juan predica que todo se
basa en la presencia de Jesús. La santa presencia de Jesús en la boda. Una boda
que es un anticipo del banquete de bodas del Cordero en su Reino que no tiene
fin.
En la purificación del
templo, Jesús, Dios mismo, está en el templo, en la casa de su Padre. En el
lugar de santidad, en el lugar de la presencia de Dios.
Jesús purifica el templo
durante la Pascua. Mas de diez mil corderos iban a ser vendidos en el templo
para que las familias judías pudieran celebrar el Pascua. La sangre de estos
corderos iba a ser cargada en cubos y echada en el lugar del sacrificio para el
perdón de los pecados.
Jesús no purifica el lugar
del sacrificio, Jesús no purifica el Lugar Santísimo (el sancta sanctorum).
Jesús purifica el mercado donde se vendían los corderos y otros animales
sacrificiales. El mercado se había convertido en un lugar de negocio secular
“una cueva de ladrones”. Jesús echa afuera a los cambistas como echó afuera los
demonios por medio de exorcismos, para restaurar el mercado como un lugar de
sacrificio y oración para los publicanos y los pecadores.
Jesús debe purificar el
templo para establecer un lugar para sí mismo y para sus enseñanzas. Un lugar
para El que será crucificado con ladrones.
Así que Jesús dice: “Quitad esto de aquí, y no convirtáis la casa de mi Padre en casa de
mercado.”
Después,
los discípulos se acordaron de las palabras del Salmo que está escrito, “El celo de tu casa me
consumirá.”
Ahora,
esto es lo que nos predica Juan a nosotros. Que la pascua es importante. Que el
templo es importante. Que la sangre es
importante y que la presencia de Dios es importante.
Todo se relaciona con la santidad de Dios y Su
presencia.
Los valores principales que
ordenaban el mundo de Jesús y del primer siglo eran: santidad, pureza, y honor.
La santidad, pureza, y honor son inseparables de la presencia de Dios. Lo
opuesto a estos valores son: pecado, impureza, y vergüenza. El pecado, impureza
y vergüenza nos separan de Dios.
La Santidad tiene que ver
con la presencia de Dios. Donde se encuentra Dios, allí se encuentra Su
santidad.
Dios creó nuestro mundo
justo y puro. Nuestro pecado infectó al mundo con un virus. Nuestro pecado hizo
al mundo impuro y lleno de vergüenza. La muerte de Jesús restaura la santidad
de Dios en la creación. La muerte de Jesús corrige lo que estaba errado. La
muerte de Jesús repara lo que estaba roto.
Jesús hace una nueva
creación por medio de la cruz. En la cruz, el Santo de Dios se hace pecador por
nuestro pecado. En la cruz, el Santo de Dios carga sobre su persona (en su
carne) toda la oscuridad de este mundo lleno de pecado y muerte.
Jesús pone invierte el
estado de la creación por su muerte. La pasión de Jesús fue violenta debido a
la violencia de nuestro pecado y nuestra vergüenza. Nuestro pecado, absorbido
en su carne, sumerge al mundo en la oscuridad. Nuestro pecado, absorbido en su
carne, causa temblores, las tumbas abren y los muertos se levantan.
Colgado en la cruz, en la
vergüenza de la desnudez, Jesús
convierte nuestra vergüenza en honor.
En el medio del horror de
su crucifixión, Él nos honra, por hacer todo noble y justo de nuevo, por
hacernos nobles y justos de nuevo. Nosotros le colgamos en la cruz debido a
nuestro pecado.
La purificación del templo
lleva a Jesús a la cruz. La cruz es ahora el lugar Santísimo (el sancto
sanctorum).
Jesús es el Nuevo Templo
Los judíos se ofendieron
por la purificación del templo hecho por Jesús. Le pidieron a Jesús una señal
de Dios para justificar estas acciones. Así que Jesús les dice: “Destruid este templo y en
tres días lo levantaré.”
Los judíos se indignaron
por tal proclamación. El magnifico templo de Herodías era una de las Maravillas
del Mundo. Los judíos dijeron “En cuarenta y seis años fue
edificado este Templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?”. El evangelista San Juan
explica el significado de estas palabras: “Pero
él hablaba del templo de su cuerpo.”
Esto es lo que Juan nos
predica ahora. Esta es el clave de nuestra fe. El centro de todo lo que somos y
de todo lo que seremos.
Jesús es el templo nuevo.
El cuerpo de Jesús es el templo nuevo.
Todo depende del cuerpo de Jesús.
Todo tiene que ver con entrar en la santidad por la
comunión con el cuerpo de Jesús.
Después
de la resurrección, los discípulos entendieron esta nueva realidad. El cuerpo
roto de Jesús ahora está restaurado para ellos en la Santa Cena del Señor. El
cuerpo y la sangre de Jesús anticipan sus destinos.
Esto
es lo que Juan nos predica ahora. Jesús está presente en este lugar, en este
templo de Su santidad. Jesús está presente para ustedes, en la Palabra y en la Cena. El cuerpo y la
sangre de Jesús anticipan nuestros destinos.
Esto es lo que Juan nos
predica ahora. Jesús está aquí en su cuerpo, la Iglesia Evangélica Luterana Española,
el nuevo Jerusalén, el nuevo templo. Querubines y serafines están aquí,
guardando este lugar Santísimo (sancto sanctorum).
Aquí en este templo de la presencia de Cristo, ustedes están en
tierra santa, ustedes están en el templo, en la presencia de Cristo.
Esto es lo que Juan nos
predica ahora. Jesús está presente en ustedes en sus cuerpos, en sus cuerpos que son templos del Espíritu Santo por
el bautismo y por la fe. Cristo está aquí para ustedes, Cristo está aquí con
ustedes . Cristo está aquí en ustedes.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario